El mundo se encuentra ante una nueva ola migratoria que crece con el paso de las horas. Los gobiernos se muestran incapaces de dar garantías de seguridad y bienestar a sus habitantes para que no tengan que abandonar sus países y tampoco pueden proteger a quienes llegan a sus territorios en situación de vulnerabilidad extrema. La migración debe ser organizada y gestionada por las autoridades, pero ¿podrán hallarle una solución a tiempo a este creciente fenómeno? Lo analizamos en nuestro programa.
La crisis migratoria en el mundo deja ya 82 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares, se trata de la mayor cifra que registra la Organización de Naciones Unidas desde la Segunda Guerra Mundial. De esa cifra, 26 millones son refugiados y unas 48 millones de personas son desplazadas internas, es decir, se han reubicado en otras regiones de sus propios países.
Los migrantes huyen del hambre, la pobreza extrema, la amenaza del cambio climático, violencia, conflictos, persecución y falta de oportunidades, entre otras causas. Muchos no tienen otra opción más que partir, dejar sus hogares, sus vidas, familiares y amigos para enfrentarse a una nueva realidad que, en muchos casos, no es mucho mejor. Se exponen a las dificultades de las rutas migratorias, los traficantes, la discriminación por falta de aceptación de la sociedad a la que llegan, el rechazo y otros tipos de peligros.
Cerca de dos tercios de los desplazados pertenecen a solo cinco países en el mundo: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.
Actualmente se siguen reportando tragedias como la que tuvo lugar en enclave español de Melilla, en el norte de África, donde 23 personas murieron en su intento por cruzar la frontera desde Marruecos; o como en la ciudad de San Antonio en Texas, Estados Unidos, donde la Policía encontró dentro del remolque de un camión a más de 50 personas fallecidas, en su mayoría provenientes de Centroamérica. France 24 / Huellas