La presencialidad está más cerca en la educación

Con la seguridad de no ser el grupo etario que genera o incrementa contagios de la covid-19 en todo el  mundo por lo que se hace imperiosa la necesidad de reponer sus derechos en cuanto procesos educativos plenos e inclusivo y retornar a las escuelas. Y no existir evidencias sobre la correlación entre tazas de transmisión de la enfermedad si las escuelas permanecen abiertas o cerradas, reiterando entonces que las niñas, los niños no son, ni fueron  impulsores de la epidemia.

Existe evidencia abrumadora sobre el impacto negativo del cierre de las escuelas en la salud física y mental, nutrición, seguridad y aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes. Siempre que los riesgos implicados en la reapertura sean lo menores posibles, instituciones especializadas como UNICEF apoyan la reapertura de las escuelas, para garantizar el derecho a la educación de todos y todas las niñas, niños y adolescentes.

En los esfuerzos por reabrir y retomar distintas actividades, las escuelas y centros educativos deberían estar entre los primeros lugares en reanudar sus actividades.

Las recomendaciones a los gobiernos en todo el mundo son:

Implementar medidas de distanciamiento físico, incluida la prohibición de actividades que requieran grandes reuniones;

Escalonar el inicio y el cierre del día escolar;

Mover clases a otros espacios temporalmente, o al aire libre;

Dar clases en turnos, para reducir el tamaño de los grupos.

Además las escuelas deben cumplir con las siguientes prioridades.

Llegar a los más vulnerables
Las escuelas deben reabrir con una puerta muy amplia para que los niños más marginados vuelvan al sistema educativo, incluyendo a los niños, niñas y adolescentes que estaban fuera del sistema incluso antes de la pandemia.

Mejorar la enseñanza
Se deben promover enfoques de aprendizajes nuevos e innovadores para que todos los niños, niñas y adolescentes estén listos para progresar en tres transiciones de aprendizaje clave:
Cada niño de cinco años debe estar listo para comenzar la escuela.
Cada niño de diez años debe tener habilidades básicas de lectura y matemática.

Cada joven de 18 años debe tener habilidades para el trabajo y la vida.

Satisfacer las necesidades de salud, psicosociales y de otro tipo de niños y adolescentes.
Las escuelas hacen mucho más que enseñar a los niños a leer, escribir y contar. También brindan servicios de nutrición, salud e higiene; salud mental y apoyo psicosocial, y reducen el riesgo de violencia, embarazo precoz y más.

Al abrir las escuelas, debemos asegurarnos de que estos servicios esenciales estén protegidos y continúen.

Por: Profesor Walter José Nina Cutipa

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