El Ejército ruso ha intensificado este martes sus ataques a la acería de Azovstal, en Mariupol, con “artillería y aviones”, según el Ministerio de Defensa ruso. Se trata de una nueva ofensiva a la zona del sudeste de Ucrania, donde aún se refugian unos 200 civiles y un número indeterminado de militares, según el recuento de Kiev. Una gran carpa blanca ha recibido en Zaporiyia a los primeros evacuados ―en su mayoría mujeres y niños― de esta metalúrgica. Los 101 civiles rescatados han llegado tras un viaje de dos días, después de lograr salir de los búnkeres y túneles de la planta metalúrgica, en un proceso de evacuación liderado por Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional, tras varios intentos fallidos. Las personas rescatadas han pasado más de dos meses en la oscuridad de los túneles de la acería. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha advertido de que los intereses de Moscú pueden llegar más allá de Ucrania. “No podemos asumir que Rusia no vaya a atacar a otros países”, ha asegurado durante una rueda de prensa conjunta con la primera ministra sueca, Magdalena Andersson; y su homóloga de Finlandia, Sanna Marin. Al menos 10 personas han muerto y 15 han resultado heridas este martes por el bombardeo ruso de una planta de combustible en la ciudad de Avdiivka, en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, según ha informado el gobernador regional, Pavlo Kirilenko, en su cuenta de Telegram. (El País/Huellas)