La desesperación no entiende de fronteras. Una nueva caravana de cientos de migrantes atraviesa México en dirección a Estados Unidos tras abandonar el sábado la ciudad de Tapachula, cerca de Guatemala. Sus integrantes se sentían atrapados en una localidad desbordada por la magnitud del problema: concentra a más de 125 000 migrantes. Muchos duermen en las calles y llevan meses esperando una autorización que nunca llega:
La caravana fusionó dos grupos de unos 300 migrantes, uno de haitianos y otro de ciudadanos de países de Centroamérica, Colombia y Venezuela. La Guardia Nacional Mexicana les intentó cortar el paso a pocos kilómetros de Tapachula, pero los migrantes se negaron a dar media vuelta y hubo momentos de mucha tensión, llegándose a registrar refriegas entre los integrantes de la caravana y las fuerzas del orden.
Unas cuarenta personas fueron detenidas y el grupo se dispersó, aunque esto no lo detuvo. Decenas de personas pasaron la noche en Huixtla a la espera de reanudar la marcha hacia el centro del país.
México ha desplegado a más de 14 000 efectivos en su frontera sur para contener el flujo de migrantes hacia Estados Unidos, que se ha disparado desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. El pasado mes de julio, casi 213 000 indocumentados fueron detenidos en la frontera con México, la cantidad más alta en dos décadas.
Las devoluciones de solicitantes de asilo a México se reanudaron hace unos días después de que el Tribunal Supremo estadounidense diera su visto bueno al restablecimiento del polémico programa «Permanecer en México», que puso en marcha la administración Trump y que Biden suspendió.