Urkupiña, repetirá la reiteración

En la recta final de la celebración de la Festividad de Urkupiña, los sendos anuncios para su ocurrencia, se hacen cada vez más incisivos y recurrentes.

Miembros de la “Comisión Interinstitucional para la organización y promoción de la Festividad Religiosa de la Virgen Nuestra Señora de Urkupiña”, creada por Ley de la República No. 2536, del 23 de octubre de 2003, retomaron sus tradicionales acciones, ejercidas desde hace casi dos décadas, sin aportes, ni propuestas, ni iniciativas y carentes de una estrategia apropiada para una óptima organización, es decir, que se repetirán una vez más las tradicionales reiteraciones, cuyos comportamientos se enmarcan más bien, en una especie de “Programa Operativo Anual”.

De manera, permanente representantes institucionales locales y regionales, no contemplados en la estructura orgánica de la disposición nacional, hicieron públicas sus sugerencias, sustentadas en la concepción del significado real de la esencia festiva y en la adopción de talentosas estrategias para su realización.

Mismas que se insistieron año tras año, sin merecer siquiera consideraciones por la Comisión, como: el recorrido de la “Entrada” folklórica, la Misa de Fiesta, la Procesión, la peregrinación al “Calvario”, y otras manifestaciones colaterales, que prácticamente representan un reto para encararlo seriamente, pero los integrantes de la Comisión, solo las contemplan.

Algunas de ellas:

a.- Ampliar la constitución de esa Comisión, o lo más recomendable, reestructúrala. Todas ya no existen con la razón social que figuran en la Ley de 2003.

La Alcaldía, adoptó el nombre de Gobierno Autónomo Municipal; la Prefectura, como Gobierno Departamental; el Instituto Boliviano de Turismo, como Viceministerio de Turismo; la Iglesia Católica, que actúa como Parroquia de San Ildefonso, y a la Asociación de Fraternidades Folklóricas. “Virgen de Urkupiña”, la reconoció como Asociación de Conjuntos y Fraternidades Folklóricas.

Consecuentemente, el rótulo con las que fueron creadas, la privan de una auténtica representación, y como tal, requiere su urgente actualización.

No sólo ellas, tienen vinculación directa con el evento festivo, hay muchas otras y dotadas con propuestas acordes a lo que realmente exige esta expresión, considerada fenómeno social, calificativo atribuido al múltiple y detonante impacto provocado en donde se realiza.  

b.- Las vías de recorrido del desfile folklórico, definitivamente, no cuentan con las condiciones para este propósito: graderías, estacionamientos, flujo peatonal, servicios higiénicos, iluminación, seguridad pública, etc., al respecto, se propuso, el traslado definitivo y con futuro apropiado, para este tipo de manifestaciones, en la que estarían garantizadas las variables citadas.

c.- La Misa de Fiesta y la Procesión, se restringe al perímetro de la pasa “15 de Agosto”, mientras que la feligresía abarrotada en las vías conexas, se resigna a su arrinconamiento y apartamiento, situación que provoca desconsuelo y desazón, particularmente en los feligreses que llegan del exterior del país.

d.- La prohibición del consumo y expendio de bebidas alcohólicas en las vías próximas al recorrido del desfile folklórico, simplemente resultó una bravuconada de las autoridades municipales, que las corean año tras año. Ni ello, mereció una revisión de la desatinada norma.

e.- El caos del flujo o reflujo vehicular, definitivamente una “misión imposible”, los habituales y respectivos anuncios, se reducen a ello: anuncios.

Estas alusiones también estaban orientadas a la coordinación que deben existir con los responsables de la organización de la Festividad, en otras ciudades y países, quienes emprenden con mayor tino estas acciones, obviamente desamparadas del epicentro de la festividad.

Para conocer aún más, acerca de la realización de esta Festividad, también se procuraron la realización de seminarios y encuentros académicos, con personas vinculadas a este fenómeno social, que permutarían acceder, a una concepción cabal y actual de los impactos sociales, religiosos, económicos, turísticos, que ésta genera. Propuesta, al parecer, también se sumó al voluminoso archivo de iniciativas que la Comisión las atesora, o talvez no las entienden, por ello, su silencio.

El municipio de Quillacollo, cobra relieve en el país y en el exterior por esa demostración religiosa sin par, que con seguridad genera expectativa e incita su visita, pero las autoridades locales y de la Comisión Interinstitucional, la organizan como sería y fue en el siglo pasado.

Finalmente, una especie de ejemplo contundente de renovación. La Virgen de Urkupiña, no repite los “milagros”, cada vez más la feligresía y los devotos imploran pedidos o “préstamos”, pero nunca los mismos. En otras palabras, la Virgen no repite la reiteración. Es necesario acercarse también a ella, por lo menos, para avizorar el presente y fundamentalmente, a un futuro.

Johnny Fernández Rojas es periodista y gestor cultural

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